Un chico de 15 años y una chica de 20 se conocieron por primera vez en el set de una película en 1968. Ahora, al celebrar 40 años juntos, su viaje se ha convertido en un testimonio del duradero poder del amor en su forma más pura. Esta es la historia de su vínculo único y su elección de rechazar el tradicional certificado de matrimonio.

En Hollywood, el foco a menudo arroja sombras fugaces sobre las historias de amor, pero una historia notable se erige como un faro de afecto perdurable. Todo comenzó con un encuentro casi fortuito entre un chico de 15 años de mirada brillante y una chica de 20 años serena y experimentada.

Sus caminos se cruzaron en un entorno de luces de escenario y líneas escritas en 1968 en el set de un musical de Disney titulado “The One and Only Genuine Original Family Band”. Fue un momento trascendental, aunque, si les preguntas, podrían no estar de acuerdo en si realmente fue un encuentro. Pero la colisión casual de estas dos almas continuaría dando forma a un viaje extraordinario.

El chico, ahora hombre, recordó ese encuentro, diciendo que solo tenía 15 años en ese momento y ni siquiera tenía una licencia de conducir, mucho menos un automóvil. Señaló que su juventud e inocencia contrastaban fuertemente con la chica, que a menudo emanaba un aura más experimentada.

La chica, por otro lado, expresó su perspectiva sobre el encuentro, explicando que creía que el chico era demasiado joven para ella en ese momento. Ya estaba saliendo con chicos mayores en ese momento.

En aquellos primeros días, el papel de la chica en el set era algo subestimado, ya que interpretaba a un personaje cuyo papel no dejaba mucho espacio para líneas habladas. Además, el productor tenía reservas sobre su nombre, un nombre que tenía un significado personal pero que fue recibido con escepticismo.

Ella compartió su recuerdo del incidente, describiendo cómo recibió una llamada del productor que expresó sus preocupaciones. Recordó sus palabras exactas, diciendo: “Me llamó y me dijo: ‘Sabes, sé que esto es delicado, pero tu nombre suena como el de una bailarina exótica’”.

Una resolución enérgica marcó su camino desde el principio, y el ingenioso intercambio sobre su nombre se convirtió en un preludio destacado de la historia que aún estaba por desarrollarse. Explicó que su madre le había dado ese nombre, enfatizando que era el nombre de su tía abuela y que no lo cambiaría.

A medida que pasaron los años, la década de 1980 trajo transformaciones significativas. Ella se convirtió en un nombre conocido, ganando un Oscar por su papel en “Cactus Flower” y mostrando su versatilidad produciendo y protagonizando éxitos como “Private Benjamin”.

Su viaje hacia la cima no estuvo exento de desafíos, ya que navegó en una industria dominada por hombres que a menudo dudaba en aceptar mujeres fuertes e independientes como ella. También asumió roles detrás de escena, produciendo y dirigiendo, en un momento en que esos roles multifacéticos para mujeres no eran tan comunes como lo son hoy.

El chico, por otro lado, había dejado atrás su imagen inocente de Disney para asumir papeles más ásperos, como el icónico Snake en “Escape From New York”. Sus caminos se cruzaron nuevamente durante su audición para la película de 1984, “Swing Shift”.

En este punto, ambos se habían casado con otras parejas y se habían divorciado, y ninguno estaba buscando activamente el amor. Sus encuentros iniciales estaban lejos de lo que se consideraría romántico.

Un Punto de Giro para Dos Figuras Legendarias de Hollywood Kurt Russell, en retrospectiva, confesó que en el momento en que conoció a Goldie Hawn, había decidido deliberadamente presentar su peor versión cuando se trataba de cualquier tipo de relación. Creía que mostrar sus defectos desde el principio revelaría la autenticidad de cualquier conexión potencial.

Pero Hawn no está de acuerdo con esta noción. Inyectando su humor característico en la conversación, bromeó juguetonamente con Russell, sugiriendo que su autoevaluación de presentar su peor lado no era del todo precisa.