Carlota de México, nacida como María Carlota Amelia de Bélgica el 7 de junio de 1840, era hija del rey Leopoldo I de Bélgica y fue criada en una corte europea bajo estrictas normas de realeza y alta educación.

En 1857, se casó con el archiduque Maximiliano de Austria, hermano del emperador Francisco José I, en lo que parecía una unión de oportunidades políticas. Ambos eran una pareja culta y apasionada por el progreso y la política, con sueños de una monarquía reformista.

Carlota của Mexico: ai là hoàng hậu và là người cai trị đầu tiên của đất nước (và di sản mà bà để lại) - BBC News Mundo

En 1864, cuando los conservadores mexicanos y Napoleón III le propusieron a Maximiliano y Carlota gobernar México, ambos aceptaron con la esperanza de un cambio positivo para la nación.

Carlota, entusiasta y dedicada, asumió el rol de emperatriz con seriedad y se interesó profundamente por el bienestar de su nuevo país. Sin embargo, sus esfuerzos encontraron una creciente resistencia de las fuerzas republicanas lideradas por Benito Juárez y, más tarde, la retirada del apoyo militar de Napoleón III dejó al imperio en una situación crítica.

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En un intento desesperado por salvar el trono, Carlota viajó a Europa en 1866, donde solicitó ayuda a las cortes de Francia y del Vaticano. Sin embargo, su llamado fue en vano, y el rechazo europeo y el colapso de su posición política impactaron gravemente su salud mental.

En Roma, Carlota comenzó a mostrar síntomas de paranoia y desconfianza, con los médicos diagnosticándole condiciones que hoy asociaríamos a desórdenes psicóticos.

Durante su ausencia, Maximiliano fue capturado y ejecutado por las fuerzas republicanas mexicanas en 1867. Carlota, rota de dolor y sin poder regresar a México, fue acogida por la realeza belga, donde pasó los siguientes 60 años de su vida en un estado de profunda inestabilidad mental y soledad.

Carlota de México falleció el 19 de enero de 1927 a los 86 años, habiendo vivido una vida de intensa tragedia y desilusión, pero también marcada por una profunda lealtad hacia sus ideales y su esposo.

Su historia es recordada como una de las grandes tragedias de la monarquía europea y un reflejo de la ambición y el amor llevados a los extremos. Su legado se mantiene como una figura de gran interés y controversia en la historia mexicana, recordada por sus ideales, pero también por la sombría locura que la marcó en sus últimos años.