La mansión conocida como «Casa Nirelle», que perteneció al magnate del hip-hop P-Diddy, se ha convertido en un símbolo de decadencia tras estar abandonada por 17 años.

Esta propiedad, valorada en su momento en 2 millones de libras, contaba con ocho habitaciones y 16 baños, pero con el tiempo ha quedado en un estado de ruina.

El lujo que alguna vez la caracterizó ha desaparecido, dejando atrás un escenario de abandono con grafitis y escombros acumulados en cada rincón.

Al recorrer la propiedad, el deterioro es evidente. Los interiores, que alguna vez alojaron a celebridades y eventos lujosos, ahora están cubiertos de polvo y suciedad.

La sala de estar, que antes destacaba por su elegancia, está marcada por grafitis en las paredes y muebles desmoronándose. Lo que fue un espacio vibrante se ha transformado en un sitio desolado y lúgubre, reflejo del olvido en el que ha caído.

Uno de los puntos más impactantes de la mansión es la cocina, completamente devastada. El material aislante cuelga de los techos, y basura y restos de muebles están esparcidos por el suelo.

La cocina, que en su día fue moderna y equipada con tecnología de última generación, ahora está destruida y parece irreconocible, convertida en un lugar caótico y abandonado.

El exterior de la propiedad tampoco ha escapado al abandono. Los jardines, que antes se mantenían impecables, ahora están cubiertos de maleza.

Mientras que la piscina está seca y agrietada, un reflejo más del descuido. Las áreas de recreación que alguna vez ofrecían lujo y confort se han convertido en espacios inhóspitos y llenos de vegetación descontrolada.