Este fin de semana, la familia Rivera volvió a ser el centro de atención debido a la celebración de dos cumpleaños que dejaron al descubierto una profunda división familiar.

Doña Rosa Saavedra, madre de la fallecida Jenni Rivera, celebró su cumpleaños, al igual que su hijo Lupillo Rivera, pero las festividades se llevaron a cabo por separado, reflejando la tensa relación que persiste entre los miembros de la familia.

Mientras Doña Rosa celebraba en compañía de algunos de sus hijos y nietos, la ausencia de los hijos de Jenni Rivera fue evidente y notable.

La situación se volvió aún más tensa cuando Michael, uno de los cinco hijos de Jenni, arremetió públicamente contra su abuela a través de las redes sociales, cuestionando su falta de esfuerzo por mantener una relación con ellos.

Según Michael, Doña Rosa expresó su dolor por la ausencia de sus nietos en su cumpleaños, alegando que los había invitado personalmente, pero Michael rápidamente desmintió estas declaraciones en Twitter.

“Esa señora nunca en su vida se ha esforzado por llamarme o enviarme un mensaje de texto en su vida por nada,” escribió en inglés, dejando claro su distanciamiento y el resentimiento que siente hacia su abuela.

Michael fue aún más contundente al afirmar que Doña Rosa nunca se acercará a él porque “no gana nada” con tener una relación con sus nietos, sugiriendo que la matriarca de la familia está más interesada en la atención mediática que en mantener lazos familiares. Esta dura acusación resalta la complejidad y el dolor que caracteriza las relaciones dentro de la familia Rivera.

Por otro lado, Lupillo Rivera, quien también celebró su cumpleaños, lo hizo a lo grande en su casa en California, acompañado por su pareja Gisele Soto y su padre Don Pedro Rivera.

A pesar de la distancia física y emocional que lo separa de otros miembros de la familia, Lupillo parece haber encontrado un entorno más positivo para celebrar este hito en su vida.

Las redes sociales se convirtieron en el campo de batalla donde se evidenció la división, con miembros de la familia compartiendo imágenes de sus respectivas celebraciones y expresando indirectas que reflejan el dolor y la falta de reconciliación entre ellos.

Este nuevo episodio en la saga de la familia Rivera no hace más que subrayar la fractura que existe entre los hermanos y los nietos, una situación que parece lejos de resolverse.

Con dos bandos claramente definidos, la posibilidad de una reconciliación parece cada vez más distante, dejando a los seguidores de la familia con más preguntas que respuestas sobre el futuro de esta dinastía musical.