Michael Jordan, el indiscutible rey del baloncesto y una de las figuras más ricas del mundo del deporte, parece haber aprendido importantes lecciones de su pasado.

En 2006, su primer divorcio lo dejó con una pérdida financiera colosal, al tener que pagar a su ex esposa la impresionante suma de 168 millones de dólares, además de ceder la custodia de sus hijos y su inmensa propiedad en Chicago. Este costoso proceso lo llevó a tomar precauciones para proteger su fortuna en su segundo matrimonio con Yvette Prieto.

Los millones que paga Michael Jordan a su esposa por cada año que está  casada con él

Cuando Jordan se casó en 2013 con Prieto, quien es 16 años menor que él, la pareja firmó un acuerdo prenupcial que ha sido objeto de mucha atención y controversia. Según este acuerdo, Prieto recibiría inicialmente 1 millón de dólares por cada año de matrimonio. Sin embargo, tras superar la marca de los diez años juntos, la cantidad anual se elevó a unos asombrosos 5 millones de dólares, lo que ha generado diversas reacciones en el público y los medios.

Este acuerdo, que algunos critican por ser excesivo o “interesado”, ha sido defendido por Jordan como una medida justa para ambas partes. Y no es difícil imaginar por qué tomó esta decisión. Con un patrimonio neto estimado de 3.500 millones de dólares y después de haber vendido recientemente su participación mayoritaria en los Charlotte Hornets por 3.000 millones, el astro del baloncesto claramente busca proteger su impresionante fortuna.

A pesar de las críticas, el acuerdo también le ha brindado a Prieto seguridad financiera a largo plazo, mientras que Jordan se asegura de que, en caso de divorcio, los términos ya estén claros desde el principio. Este tipo de arreglos son comunes entre las personas con un alto nivel de riqueza, ya que el divorcio puede convertirse en un proceso largo y complicado, especialmente cuando se trata de dividir fortunas tan enormes.

Desde el punto de vista de Prieto, el acuerdo también puede verse como una protección frente a cualquier incertidumbre futura, garantizando que su bienestar y el de sus hijas gemelas estén asegurados. Las gemelas, nacidas en 2014, son el símbolo de la vida que ambos han construido juntos durante estos años de matrimonio.

Es evidente que Jordan, tras el costoso y doloroso divorcio con su primera esposa, ha aprendido a proteger tanto su corazón como su bolsillo. No cabe duda de que sigue siendo no solo una leyenda en la cancha, sino también un estratega fuera de ella, gestionando con cautela tanto su vida personal como su fortuna.