En un podcast reciente, Pedro Rivera y su hijo Juan Carlos compartieron anécdotas de sus vidas, revelando momentos significativos de su trayectoria.

Pedro, quien se mudó a Estados Unidos en 1966, recordó su experiencia en Mexicali, donde observaba a personas intentando cruzar la frontera. Su padre, con experiencia en el cruce, les enseñó a sortear el alambre de espino, una hazaña que muchos deseaban lograr.

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A medida que avanzaba la conversación, Juan Carlos preguntó a su padre qué hacía a los 40 años. Pedro reveló que había estado trabajando en un restaurante y una cantina llamada “El Trópico”. Su relato incluyó un episodio curioso: una demanda que recibió después de que unos jóvenes se pelearan en su establecimiento. Pedro, siempre astuto, consultó a un abogado, quien le aseguró que la demanda no prosperaría debido a la falta de pruebas.

La historia se tornó más personal cuando Juan Carlos, nacido en 2003, recordó que su padre tenía 56 años cuando él llegó al mundo. Pedro reflexionó sobre su vida familiar, mencionando cómo siempre llevaba a sus hijos a todos lados, incluso a ensayos y presentaciones.

Un momento particularmente emotivo se dio cuando hablaron sobre la pasión de Pedro por la fotografía. Mostró su orgullo por tener una cámara profesional, la Hasselblad, que fue utilizada para tomar las primeras fotografías de la luna. La conversación se volvió ligera cuando Juan Carlos bromeó sobre si su padre había prestado la cámara para esas famosas tomas.

La charla concluyó con reflexiones sobre el paso del tiempo y la evolución de sus vidas. Pedro, con su característico sombrero, mencionó que comenzó a usarlo alrededor del año 2000, y sus preferencias para adquirir sombreros en Culiacán, mostrando así su conexión con sus raíces y la cultura.

Este podcast no solo es un vistazo a la historia familiar de los Rivera, sino también una celebración de la perseverancia y el amor que los une a lo largo de las décadas.