Ana Colchero fue una de las actrices más populares de la televisión mexicana durante la década de los 90.

Su interpretación en la telenovela Alondra le otorgó un estatus icónico en la industria, pero de repente, se retiró de la vida pública y su nombre dejó de resonar en la pantalla. Esta abrupta salida dio origen a innumerables rumores sobre su desaparición del medio, desde relaciones conflictivas con figuras de poder hasta un apasionado romance con el líder de un movimiento social. Hoy, a sus 56 años, Ana ha decidido hablar y revelar su verdad. Sin embargo, antes de explorar lo que motivó su retiro, revisemos un poco sobre su trayectoria profesional y los eventos que marcaron su carrera.

Ana Colchero nació el 9 de febrero de 1968 en Veracruz, México. Hija de inmigrantes españoles, desde joven estuvo rodeada de un ambiente artístico, ya que su padre, aunque no se dedicaba profesionalmente a la actuación, disfrutaba interpretando personajes en sus ratos libres. Esta influencia paterna sembró en Ana el amor por el teatro. Sin embargo, a pesar de su vocación artística, su carrera académica tomó un rumbo diferente, ya que inicialmente decidió estudiar Filosofía y Letras.

Su padre, preocupado por su estabilidad económica, la persuadió para elegir una profesión más segura, ofreciéndole entre Medicina o Economía. Ana optó por Economía y comenzó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No obstante, su pasión por la actuación seguía presente, por lo que se inscribió en clases de teatro en la misma universidad. La vida le dio un giro inesperado cuando su familia se trasladó a Francia debido a cuestiones laborales. En París, Ana aprovechó la oportunidad para continuar formándose tanto académicamente como en la actuación.

Tras su regreso a México, Ana Colchero retomó sus estudios y comenzó a hacer sus primeros pasos en la actuación. Su belleza natural y talento innato llamaron la atención de un director de escena, quien le dio su primera oportunidad en la telenovela Los Años Perdidos. Este fue solo el inicio de una carrera que pronto alcanzaría su auge con su participación en la telenovela Corazón Salvaje, donde interpretó a la inolvidable Aimée.

Ana logró su primera gran oportunidad en la telenovela Nada Personal, producida por Epigmenio Ibarra para TV Azteca. Este papel marcó su salida de Televisa, la cadena que la había llevado al estrellato. Su cambio a la cadena rival y el éxito de Nada Personal consolidaron su carrera, posicionándola como una actriz con gran proyección internacional.

En medio del éxito, comenzaron a circular rumores sobre la razón detrás de su salida de la televisión. Una de las versiones sostenía que Ana había tenido una relación con una figura poderosa que le había prohibido continuar trabajando en la industria. Otro rumor la vinculaba sentimentalmente con el subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Sin embargo, Ana Colchero nunca confirmó estas especulaciones, manteniendo siempre un perfil bajo y su vida personal en privado.

Lo cierto es que, en su carrera, hubo un momento crucial cuando decidió demandar a TV Azteca por incumplimiento de contrato tras su despido de Nada Personal. La batalla legal duró cinco años, pero Ana salió victoriosa. Sin embargo, este conflicto afectó gravemente su reputación dentro de la industria y llevó a su veto tanto en Televisa como en TV Azteca, dificultando así sus futuras oportunidades laborales en México.

Con sus oportunidades reducidas en México, Ana Colchero decidió mudarse a España, el país natal de su familia. Desde allí, continuó su carrera con papeles en producciones internacionales. En Perú, protagonizó la telenovela Isabela, Mujer Enamorada, interpretando a dos personajes gemelos, lo que demostró su habilidad actoral y su capacidad para asumir desafíos complejos. Sin embargo, la falta de química con su coprotagonista, Christian Meier, y las críticas que surgieron sobre su comportamiento, añadieron un toque de controversia a su carrera en el extranjero.

Durante su tiempo en España, Ana Colchero se dedicó a la escritura, explorando su pasión por la literatura y publicando varias novelas que fueron bien recibidas por la crítica y los lectores. Entre sus obras se destacan Entre dos Fuegos (2006) y Los Hijos del Tiempo (2012), esta última situada en un futuro distópico en Nueva York. Ana utilizó su habilidad narrativa para abordar temas como la injusticia social y las luchas de las comunidades oprimidas, reflejando sus intereses sociales y políticos.

A lo largo de los años, Ana Colchero se ha mantenido activa en diversas causas sociales. A pesar de los rumores sobre un supuesto romance con el subcomandante Marcos, líder del EZLN, Ana siempre ha aclarado que su relación con él fue estrictamente de amistad y apoyo a la causa zapatista. Su compromiso con los derechos humanos y la lucha contra la globalización la llevó a colaborar en la organización de eventos artísticos para visibilizar la violencia y el abuso contra las mujeres, así como a recaudar fondos para la liberación de prisioneras en San Salvador Atenco.

Ana Colchero ha dejado claro que su activismo no es político, sino que surge de un profundo sentido de justicia y una firme oposición a la opresión. Esta dedicación ha sido constante a lo largo de su vida, y sigue siendo un aspecto importante de su identidad.

En una entrevista reciente, Ana compartió que, aunque extraña a su familia y a su país, ha encontrado satisfacción en su nueva vida como escritora y activista. En sus palabras, el anonimato y la tranquilidad le han permitido enfocarse en lo que verdaderamente le apasiona: escribir. Su vida ahora se centra en actividades literarias, traducciones y trabajos editoriales, lejos de las luces y la presión de la televisión.

Al reflexionar sobre su decisión de dejar la actuación, Ana comentó: “Dejar la actuación fue un riesgo, pero si no lo hacía entonces, nunca lo habría hecho”. Su nueva carrera como escritora le ha permitido expresar su voz de una manera diferente y, al mismo tiempo, mantener su compromiso con las causas que le importan.

La historia de Ana Colchero es la de una mujer valiente que eligió seguir su pasión por la actuación y más tarde la escritura, a pesar de los desafíos y las adversidades. A través de sus novelas, su activismo y su legado en la televisión, ha dejado una marca significativa en la cultura mexicana y en aquellos que admiraron su trabajo. Aunque su salida de las pantallas estuvo rodeada de polémica, su resiliencia y su capacidad para reinventarse han demostrado que el éxito va más allá de la fama.

Hoy, Ana Colchero es recordada no solo como una actriz talentosa, sino también como una voz que ha sabido defender sus principios y seguir su verdadero camino.