Para triunfar en la industria cinematográfica, muchas actrices tuvieron que sacrificar relaciones familiares y vidas personales.

Las estrellas tienen suficientes historias sobre cómo sus abuelas y abuelos criaron a sus hijos, y los niños odiaban a sus padres estrella por falta de atención y cuidado. Y ninguna cantidad de dinero podría solucionar la situación.

El resultado de una carrera exitosa fueron hijos infelices, constantes conflictos familiares y una falta de realización como madre y esposa amorosa.

Este es el destino de Vivien Leigh, actriz británica, ganadora de dos premios Oscar por sus papeles de Scarlett O’Hara y Blanche DuBois. Hubo serios desacuerdos entre ella y su hija Susanna, que se resolvieron gracias al carácter amable de la niña.En el mundo actual, nadie se apresura a casarse a los 18 años, pero en el siglo XX era un paso estándar hacia la edad adulta. La joven y bella Vivien, tras completar su segundo año en la Royal Academy of Dramatic Arts de Londres, se casa con Herbert Lee Holman. En ese momento, el hombre ya había tenido una exitosa carrera como abogado y la riqueza acumulada fue suficiente no solo para los cónyuges, sino también para varias generaciones futuras. La diferencia entre los amantes fue de 13 años.

La hija de la actriz nació un año después de la boda. El embarazo y el parto tuvieron complicaciones que afectaron la capacidad de tener un segundo hijo.

Herbert Lee nunca perdió la esperanza de poner fin a la carrera de su esposa. La veía como un ama de casa, pero no como una actriz de éxito en Hollywood. Envidiaba a sus compañeros de reparto y a sus nuevos fans. Sin embargo, no renunció a su sueño de infancia: intentar ganarse el amor del público de todo el mundo. Entonces, cuando Vivienne se vio obligada a elegir entre la familia y el trabajo, su elección recayó en su carrera.

Consiguió sus primeros papeles a la edad de 22 años. Se trataba de proyectos británicos con un presupuesto reducido. La actriz quería ganar experiencia y conquistar la industria cinematográfica de Hollywood. Su nuevo amante, Laurence Olivier, la ayudó en esto. La pareja se conoció en el set de un proyecto conjunto. En ese momento, los actores ya estaban en una relación. Al enterarse de la traición de su esposa, Herbert solicitó el divorcio y se llevó a su hija con él.

Susanna fue criada por los padres de su madre. Se graduó de la escuela secundaria en un internado de élite y luego tenía la intención de inscribirse en el departamento de actuación. Sin embargo, la niña no era deseada en la industria cinematográfica. Al no tener talento especial ni apariencia única, Susanna solo podía trabajar como extra o desempeñar papeles secundarios. Su padre también estaba en contra de este tipo de trabajo, al igual que su exmujer. Entonces la niña abandonó sus sueños y eligió otra profesión.

Cansada de la falta de atención, Susanna regresó a casa. Después de un tiempo, conoció y se casó con Robin Farrington. De este matrimonio nacieron tres hijos. La pareja vivió feliz y en la familia siempre reinó la paz y la armonía. Susanna murió a la edad de 83 años. Durante este tiempo, ya se había convertido en abuela e incluso bisabuela más de una vez.

Aunque Vivienne no era una madre perfecta, Susanna no le guardaba rencor. En entrevistas, señaló que encontró la fuerza para perdonar a su madre por sus acciones y no culparla. Además, Susanna participó activamente en la elaboración de la autobiografía de su madre.

La verdadera felicidad de Vivien Leigh no la trajo la fama mundial, sino su amada hija Susanna, quien creyó sinceramente en ella a pesar de la falta de apoyo de su familia.