A menudo se dice que el niño cuya belleza hipnotizó a todos en sus primeros años puede, con el tiempo, experimentar una transformación en un “patito feo.” Solo hay que mirar al actor Macaulay Culkin, quien fue adorado por su ternura, pero más tarde enfrentó una avalancha de comentarios poco halagadores sobre su apariencia como adulto.

Nacido en el bullicioso corazón de Londres, el camino de William hacia el estrellato comenzó con los sueños de su madre. Ella había aspirado durante mucho tiempo a ser una actriz y modelo famosa, pero el reconocimiento mundial la eludió. En su lugar, volcó esas ambiciones no cumplidas en la carrera de su hijo. Resultó ser un movimiento inteligente: la naturaleza le había otorgado al niño rasgos llamativos: cabello espeso, largas pestañas, ojos azules hipnotizantes y delicadas características faciales, ¡un modelo en potencia!

Su madre, decidida a aprovechar su potencial, movió hilos en el mundo del modelaje y aseguró la primera sesión de fotos de William a la tierna edad de 4 años. Poco después, firmó un contrato con una agencia de talentos, y empezaron a llegar ofertas de marcas reconocidas. Sin embargo, la fama internacional aún estaba en el horizonte.

El gran momento llegó inesperadamente. Un día, una bloguera japonesa se topó con una foto de William en internet y la compartió en su cuenta. Sus seguidores se volvieron locos por su apariencia angelical, muchos clamando por un enlace a sus redes sociales. En un abrir y cerrar de ojos, la noticia sobre William se esparció por el mundo en línea como un incendio forestal. Tenía 12 años en ese momento.

Gracias a los esfuerzos iniciales de su madre, William ya había firmado su primer contrato con una agencia de modelaje a la edad de 7 años. Solo una semana después, fue reservado para una campaña con la marca Next. Esto fue seguido por colaboraciones con nombres prestigiosos como Marks & SpencerHarrodsHackett y Country Road.

A los 12 años, cuando fue catapultado a la fama mundial, William apareció en las portadas de revistas de alta gama como VogueL’Officiel y La Petite. Su meteórica ascensión a la fama apenas comenzaba.