La conductora Francisca, ganadora de Nuestra Belleza Latina 2015, a sus 31 años, no olvida sus raíces ni los esfuerzos de su madre, Doña Divina, para sacar adelante a la familia en medio de una difícil situación económica.

La infancia de Francisca estuvo marcada por desafíos, compartiendo habitación con sus hermanos y enfrentando la violencia de su padrastro, quien lidiaba con problemas de alcoholismo.

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Esta experiencia impulsó a Francisca a buscar un futuro mejor y a reconocer los sacrificios de su madre, quien hizo todo lo posible para asegurarse de que a sus hijos no les faltara nada, a pesar de las dificultades.

Comprometida con mejorar la situación de su madre, Francisca, prometida del italiano Francesco Zampogna.

Se propuso inicialmente sacarla de la humilde casa en Azua de Compostela, República Dominicana.

Aunque no logró este objetivo inicial, decidió reconstruir la propiedad, brindándole a Doña Divina un hogar digno, aunque modesto.

Los planes originales cambiaron cuando una pared de la casa se derrumbó durante una renovación, lo que llevó a Francisca a redoblar sus esfuerzos y ahorrar más de lo previsto.

Su determinación aceleró el proceso, permitiéndole cumplir la promesa de darle a su madre la casa que le había prometido.

Doña Divina heredó la casa de su madre, pero su antigüedad y falta de mantenimiento la volvían inhabitable.

Después de numerosos sacrificios, Francisca logró finalmente construir la casa que su madre tanto anhelaba.

Agradeciendo a Dios por la oportunidad de presenciar la felicidad de su madre al entrar a su nuevo hogar, Francisca compartió este logro en un emotivo mensaje.

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