Conocida como la «Princesa del Pueblo» debido a su amabilidad, compasión y auténtico amor por la gente común.

Lady Diana Spencer será recordada como una figura que dejó una marcada influencia en la historia de Gran Bretaña y la Monarquía británica.

La vida de esta excepcional princesa dio un giro drástico cuando anunció su compromiso con el príncipe Carlos, el primogénito de la Reina Isabel II y heredero al trono británico.

Desde ese momento, Lady Diana se convirtió en el centro de atención, con los fotógrafos persiguiendo cada uno de sus movimientos, una atención que, según muchos, trágicamente contribuyó a su prematura muerte.

Las siguientes imágenes nos muestran un aspecto diferente de Diana, recordándonos por qué se ganó el cariño de tanta gente en todo el mundo.

Una de las imágenes captura un viaje de esquí con sus hijos, el príncipe William y el príncipe Harry.

El anillo de compromiso de Lady Diana, un zafiro de 12 quilates rodeado de 14 diamantes solitarios engastados en oro blanco, es único en comparación con los tradicionales anillos de compromiso reales hechos a medida.

Este anillo, que provino de la colección de joyas de Garrard, pasó a manos de Kate Middleton después de que el príncipe William lo utilizara para proponer matrimonio.

El día de su boda, Diana estaba tan emocionada que, en su emoción, se refirió a su futuro esposo como «Philip Charles Arthur George» en lugar de simplemente «Charles Philip».

Según su hermano, Charles Spencer, Diana inicialmente tuvo problemas para llevar una tiara porque le causaba dolores de cabeza.

En una entrevista, él mencionó: «Recuerdo que tenía un fuerte dolor de cabeza esa noche, ya que no estaba acostumbrada a llevar una tiara durante toda la mañana».

A pesar de la belleza de su vestido de novia, Diana tuvo un pequeño contratiempo.

Los diseñadores del vestido de novia no tuvieron en cuenta lo difícil que sería entrar en el carruaje, lo que causó que el vestido se arrugara ligeramente.

Cuando se les preguntó si estaban enamorados poco después de su compromiso, Carlos respondió de manera ambigua: «Lo que sea que signifique ‘estar enamorado’», mientras que Diana respondió con un sincero «Por supuesto».

Diana se le mostraron los bocetos de su vestido de novia, que luego se destruyeron para evitar que alguien los viera.

Los regalos de boda que recibieron Carlos y Diana fueron verdaderamente únicos. Los Reagan, por ejemplo, les obsequiaron un centro de mesa de porcelana hecho a mano y un cuenco de vidrio Steuben grabado.

También recibieron otros regalos especiales, como guantes de seda centenaria y un reloj engastado con diamantes y zafiros.

Después de la boda, se reveló públicamente que Carlos y Diana compartían un antepasado común en la figura de Enrique VII de los Tudor, ya que eran primos en decimosexta generación.

Finalmente, unas imágenes de su luna de miel capturaron un momento íntimo entre los recién casados, en el que, según un lector de labios, se decía: «La luna de miel fue el momento ideal para recuperar el sueño…».