Embárcate en un viaje a través de los opulentos reinos de la finca de John Travolta en Florida, un hogar que trasciende el lujo y presenta una cautivadora mezcla de elegancia y singularidad.

Adquirida a finales de los años 90 por la asombrosa suma de 3.5 millones de dólares, esta extensa mansión, ubicada en más de 19.5 acres, ha sido el hogar querido donde Travolta y su familia han tejido el tejido de innumerables recuerdos perdurables.

Al entrar en la finca, te espera un festín visual: una casa de estilo de mediados de siglo adornada con cinco dormitorios, cinco baños y medio, y amplias áreas de estar. El lujoso patio trasero, que cuenta con una piscina y múltiples terrazas, es un testimonio de la magnificencia que define el refugio floridano de Travolta.

Es un lugar donde se cultivan los lazos familiares, y cada rincón resuena con las risas y alegrías de la familia Travolta. Una característica distintiva que distingue esta residencia es la pasión de Travolta por la aviación, que se integra sin esfuerzo en la esencia de la mansión.

Como piloto entrenado con una extensa colección de jets, el amor de Travolta por el vuelo se extiende hasta su aeropuerto privado, una maravilla ubicada en el aeropuerto Jumbolair, a siete millas al noreste de Ocala, Florida. Con la pista privada más larga de América, que mide 2,300 metros, este refugio de aviación es donde los sueños aéreos de Travolta toman vuelo.

El aeropuerto, una realización de la visión de Travolta, cuenta con un camino de acceso que se extiende hasta su puerta principal, permitiendo una vista despejada de sus aviones desde cualquier habitación.

El diseño cuidadosamente elaborado refleja el sueño de toda la vida de Travolta de tener aviones en su jardín, un testimonio de su inquebrantable pasión por la aviación.

Pero más allá de la grandeza y el glamour, la mansión de Travolta ha sido testigo tanto de celebraciones jubilantes como de tragedias desgarradoras. Es un lugar donde el actor serenó a su amada esposa, la difunta Kelly Preston, en el encantador patio trasero.

Sin embargo, también se erige como testigo silencioso del dolor de perder a su hijo Jett en 2009 y, más recientemente, del fallecimiento de Preston en 2020 tras una valiente lucha contra el cáncer de mama.

Frente a la adversidad, John Travolta ha emergido como un pilar de fortaleza para su familia. Criando a sus hijos, Ella y Ben, con resiliencia y amor, navega las delicadas conversaciones sobre la vida y la muerte.

Su mansión, adornada con recuerdos, se convierte en un testimonio del espíritu perdurable que trasciende los reinos de la fama, recordándonos que incluso en la grandeza de Hollywood, la esencia de la familia y el amor ocupa el centro del escenario.