Ninón Sevilla, una de las figuras más emblemáticas del cine y la danza cubana, ha guardado durante años un misterio relacionado con su vida personal.

La identidad del padre de su único hijo había sido un secreto que, tras su fallecimiento, finalmente ha sido revelado. Un cercano confidente ha desvelado la verdad detrás de este enigma que rondaba la historia de la legendaria artista cubana.

Emelia Pérez Castellanos, nacida en La Habana el 10 de noviembre de 1929, fue criada en un hogar profundamente tradicional, donde la fe y la disciplina eran esenciales.

Desde joven, su vida estuvo marcada por una intensa devoción religiosa, influenciada principalmente por su abuela. Sin embargo, a pesar de sus aspiraciones religiosas de convertirse en monja misionera, Emelia se sintió atraída por otro camino: la danza.

Ninon Sevilla Confiesa lo que todos sospechábamos - YouTube

La pasión por el baile creció en ella, aunque en un principio debió mantenerla en secreto debido a la desaprobación de su familia. La danza, especialmente los movimientos sensuales asociados con la cultura cubana, no encajaba con los valores tradicionales de su entorno familiar.

Emelia, entonces, decidió adoptar un nombre artístico: Ninón, inspirado por la cortesana francesa Ninón de Lenclos, conocida por desafiar las normas sociales.

Con su nuevo nombre, Ninón comenzó a destacar en la vibrante escena nocturna de La Habana, deslumbrando al público con su sensualidad y talento. Su carrera continuó en ascenso cuando se unió al famoso teatro cubano, y no pasó mucho tiempo hasta que la fama de Ninón cruzó fronteras.

Fue en México donde su carrera experimentó un despegue definitivo, al ser descubierta por el cineasta Pedro Arturo Calderón, quien le ofreció su primer papel en el cine mexicano.

Su debut cinematográfico en Carita de cielo marcó el inicio de una exitosa carrera en la pantalla grande. Ninón se consolidó como una figura clave en la industria del cine mexicano, donde interpretó papeles en películas como Pecadora y Señora Tentación, hasta llegar a su papel más destacado en Revancha (1948). Su carrera y legado, sin embargo, han estado siempre envueltos en el misterio de su vida personal.

La revelación sobre la identidad del padre de su hijo ha sido un punto culminante en su historia, iluminando una parte de su vida que hasta ahora había permanecido oculta.

A pesar de los secretos y obstáculos que enfrentó, la vida de Ninón Sevilla se ha convertido en un testimonio de pasión y determinación, mostrando cómo, a pesar de las adversidades, logró hacerse un lugar en el corazón del público y dejar una huella indeleble en la historia del cine y la danza.