Jennifer Lopez ha estado recientemente en el centro de un debate sobre si las críticas a sus decisiones profesionales tienen su raíz en el sexismo o en observaciones válidas sobre su carrera.

Andy Signor de Popcorn Planet desató la controversia al atribuir las cancelaciones de conciertos de JLo a las bajas ventas de entradas y a proyectos de vanidad fallidos, no a problemas de toda la industria.

Los fans acusaron a Signor de sexismo, pero él argumentó que sus críticas se basaban en el desempeño, y señaló que otras artistas femeninas como Taylor Swift y Adele siguen teniendo éxito.

Signor sugirió que los proyectos recientes de JLo no han tenido eco en el público, a diferencia de los de sus contemporáneos. No estuvo de acuerdo con la afirmación de Variety de que Lopez enfrentaba un escrutinio más severo que los artistas masculinos, insistiendo en que el problema era específico de JLo.

Signor también acusó a las plataformas de streaming de inflar el éxito de los proyectos de Lopez. Criticó su documental por retratarla como una artista trabajadora al tiempo que la exponía como una narcisista y una diva.

La relación de Lopez con Ben Affleck agregó complejidad a la discusión. Signor sugirió que sus apariciones públicas parecían forzadas, contrastando el enfoque mediático de López con la preferencia de Affleck por la privacidad.

Signor enfatizó que sus críticas no tenían la intención de intimidar a López, sino ofrecer comentarios constructivos. Pidió distinguir entre críticas justas y ataques sexistas, reconocer el talento de López y al mismo tiempo responsabilizarla por sus decisiones profesionales.

El debate en torno a Jennifer López subraya la necesidad de equilibrar la crítica justa con el respeto, destacando los desafíos de examinar a las figuras públicas sin caer en el sexismo.