“Échame a mí la culpa” es una de las canciones más emblemáticas de la música en español.

Escrita por el talentoso José Ángel Espinosa Aragón, mejor conocido como “Ferrusquilla”, esta melodía ha trascendido fronteras y generaciones, convirtiéndose en la segunda canción en español más escuchada a nivel mundial, solo superada por “Bésame mucho”.

A lo largo de casi 70 años, ha sido interpretada por grandes artistas, pero pocos conocen la historia real que inspiró su creación.

Câu chuyện trong bài hát: "Echame La Culpa".

Nacido en 1919, Ferrusquilla no solo fue un prolífico compositor, sino también un destacado actor mexicano, con más de 170 canciones a su nombre. Además, era padre de la famosa actriz mexicana Angélica Aragón.

Sin embargo, detrás de “Échame a mí la culpa” se encuentra una experiencia personal que marcó profundamente a Ferrusquilla. La canción fue escrita tras el desamor que sufrió cuando una joven llamada María Antonieta, con quien mantenía una relación, lo engañó con un amigo cercano.

Este doloroso episodio ocurrió a finales de 1957. Ferrusquilla descubrió que su novia tenía una relación paralela con su amigo Álvaro. Decepcionado y herido, se retiró a su casa, pero en el camino, las emociones lo desbordaron.

Mientras esperaba en un semáforo, las primeras líneas de la canción comenzaron a fluir: “Sabes mejor que nadie que me fallaste, que lo que prometiste se te olvidó”. Fue durante ese trayecto que, poco a poco, fue componiendo la totalidad de la canción.

Una vez en casa, Ferrusquilla tomó su guitarra y terminó de escribir lo que sería una de las canciones más exitosas de su carrera. “Échame a mí la culpa” rápidamente se posicionó como un éxito en México y el mundo.

Artistas como Amalia Mendoza, Flor Silvestre, Amanda del Llano y Javier Solís fueron algunos de los primeros en grabar esta canción, la cual ha sido versionada innumerables veces desde entonces.

El impacto de “Échame a mí la culpa” fue tan grande que en 1959 se estrenó una película homónima, protagonizada por Miguel Aceves Mejía y Lola Flores, basada en la historia que inspiró la canción. La película fue todo un éxito y contribuyó aún más a la popularidad de la melodía.

José Ángel Espinosa falleció en noviembre de 2015 a los 96 años, dejando un legado musical que sigue vivo hasta hoy. “Échame a mí la culpa” no solo es una canción que ha tocado los corazones de millones de personas, sino también un recordatorio del poder de la música para transformar el dolor en arte.

Esta historia de amor y desamor, nacida en las calles de Mazatlán, se ha convertido en un himno para aquellos que han sufrido por amor. A través de las décadas, la canción ha mantenido su relevancia, y su mensaje sigue resonando con fuerza en cada nueva interpretación.