La animadora mexicana Ana Patricia Gámez, de 32 años, dio un giro en 2017 al abandonar su apartamento y mudarse con su esposo, Luis Martínez.

Junto a sus dos pequeños, Giulietta y Gael Leonardo, a una cautivadora residencia en Miami, Florida.

Con esta mansión, Ana Patricia reveló que conquistó el sueño americano, el cual anhelaba desde siempre.

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Este rincón, estratégicamente situado en la ciudad del sol, no solo ofrece un confort excepcional. Sino que también se presenta como un oasis de entretenimiento para los miembros más jóvenes de la familia.

En una charla con TVyNovelas, la ganadora de Nuestra Belleza Latina 2010 lo definió como su ‘sueño americano’.

Con un amplio espacio para estacionamiento y áreas verdes expansivas en la parte frontal y trasera, la casa se erige como un refugio de bienestar.

La sala de estar, contigua a la entrada principal, exhibe dos sofás blancos con capacidad para siete personas y una elegante mesa de centro de vidrio con patas de madera blanca.

En esta sala, una cálida chimenea se convierte en el epicentro familiar para enfrentar las gélidas temperaturas invernales.

El comedor, con sillas que emulan el diseño de los sofás en blanco y el mismo patrón, presenta una mesa de madera con capacidad para ocho comensales, iluminada por un majestuoso candelabro suspendido del techo.

Justo al salir de la sala de estar, nos encontramos con la sala principal, protagonizada por un sofá negro en forma de ‘Ele’, ofreciendo espacio para acomodar a 10 personas.

La cocina, de sencillez encantadora, incluye una alacena de tono café y una isla central donde Ana Patricia disfruta cocinar junto a Giulietta.

La habitación de la primogénita se presenta como un cuento de hadas moderno, con una cama de princesa, ropa de cama rosa. Además, un sofá a juego y papel tapiz que transporta a un bosque encantado en tonos rosados.

Mientras tanto, la recámara de Gael, en tonos arena, alberga una cuna blanca que alguna vez perteneció a su hermana.

Acompañada de un cambiador, espejo, mesa de esquina, lámpara de noche, alfombra, librero y otros toques decorativos.

El vasto jardín, con sus extensas áreas verdes y una tentadora piscina, se convierte en un santuario para disfrutar de los veranos calurosos y desafiar las altas temperaturas con elegancia.