Aldo Monti, uno de los actores más queridos y solicitados en la época dorada del cine mexicano, vio su vida transformada por una serie de tragedias personales y de salud.

Con su talento y presencia en pantalla, se convirtió en un nombre fundamental no solo en el cine, sino también en la televisión mexicana. Sin embargo, su carrera y su vida dieron un giro dramático después de una profunda pérdida familiar.

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Monti nació en Italia, pero emigró con su familia a Venezuela en su adolescencia, donde comenzó a aprender español y dio sus primeros pasos en la actuación. En la década de los 50, decidió mudarse a México, justo cuando la época dorada del cine mexicano llegaba a su fin.

Fue ahí donde su vida profesional despegó, destacándose por su talento, voz inconfundible y su capacidad para interpretar diversos papeles. Sin embargo, la gran actriz María Félix fue quien le cambió la vida al bautizarlo con el nombre artístico de “Aldo Monti”, debido a que consideraba que su apellido real no cabía en los créditos de las películas de la época.

Durante su carrera, Monti trabajó en más de 100 películas, obteniendo incluso un premio Ariel en 1971 por su actuación en “El Amor de María Isabel”. Además de su trabajo en cine, incursionó en la televisión y en el cabaret, consolidándose como una figura esencial del entretenimiento mexicano.

Murió el actor Aldo Monti

Sin embargo, su vida personal sufrió un golpe devastador cuando su esposa, la también actriz Teresa Groa, falleció en 1993. Este trágico evento sumió a Monti en una profunda depresión, alejándolo de la industria y de su familia, quienes intentaron apoyarlo durante este difícil momento.

Años después, en 2002, Monti regresó al trabajo, pero su salud ya estaba comprometida debido a una enfermedad pulmonar causada por la exposición al asbesto en su hogar.

Aunque siguió trabajando en proyectos como la telenovela Entre el amor y el odio, su salud continuó deteriorándose, hasta que en 2015, Monti fue visto públicamente por última vez, asistiendo en silla de ruedas a un homenaje en su honor. Poco después, en 2016, falleció a los 87 años debido a complicaciones de cáncer de pulmón y su lesión en la espalda.

A pesar de su legado, la familia de Monti enfrentó dificultades económicas tras su muerte. Los recursos que dejó no fueron suficientes para cubrir sus gastos funerarios, y la familia tuvo que recurrir a la ayuda de la Asociación Nacional de Actores. Su funeral fue modesto y alejado de los grandes homenajes que realmente merecía.

Monti es recordado por su gran contribución al cine y la televisión mexicana. Películas como El Libro de Piedra, Teresa, y La Venganza de las Mujeres Vampiro, junto a telenovelas como Teresa y Rubí, siguen siendo referencias clave en la historia del cine y la televisión mexicana. A pesar de su partida, su legado perdura y continúa siendo un ejemplo para nuevas generaciones de actores y cineastas.

Su historia es una de luces y sombras, de grandes éxitos y tragedias personales, pero también de una resiliencia que le permitió seguir luchando hasta el final. Aldo Monti, más allá de ser un actor famoso, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la adversidad y de la eterna memoria de una leyenda del cine mexicano.