Viaje al pasado erótico de Pompeya: revelación de antiguos burdeles y artefactos eróticos.

Pompeya, una ciudad congelada en el tiempo por la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C., ofrece una visión tentadora de la vida cotidiana y las costumbres de los antiguos romanos. Entre sus numerosos tesoros arqueológicos destaca el descubrimiento de 25 burdeles distintos, que arrojan luz sobre los aspectos íntimos de la sociedad romana.

Un hallazgo notable es una estructura en la Regio VII, con diez pequeñas habitaciones equipadas con camas de piedra adornadas luego con colchones. Divididas entre una planta baja y un nivel superior al que se accede a través de una modesta escalera de madera, estas habitaciones probablemente eran lugares para encuentros íntimos.

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A lo largo de los pasillos de la planta baja, los arqueólogos descubrieron murales que representan escenas eróticas explícitas. Estas obras de arte, que posiblemente sirvan como guía visual o catálogo de servicios, brindan información sobre las preferencias y prácticas de los habitantes de Pompeya durante el apogeo del Imperio Romano.

Los orígenes de estos murales eróticos se remontan a fuentes literarias antiguas como el “Schemato Veneris”, manuales ilustrados de “ars amatoria” atribuidos a las poetas Philainis y Elephantis de Samos, que datan de los siglos III y IV a.C. Estos textos ofrecieron orientación sobre el arte del amor y la seducción, influyendo en las normas culturales de Pompeya y más allá.

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Tanto para los historiadores como para los entusiastas modernos, los burdeles y el arte erótico de Pompeya ofrecen una ventana cautivadora a la vida privada y la dinámica social de los antiguos romanos. Proporcionan pistas invaluables para comprender las complejidades de la sexualidad romana, destacando una cultura que integraba el placer y el arte en la vida cotidiana.

Embarcarse en un viaje a Pompeya no es simplemente una visita a las ruinas, sino un viaje en el tiempo, donde los ecos de una época pasada resuenan vívidamente en los restos conservados de su pasado erótico. Invita a los visitantes a contemplar las similitudes y diferencias entre las actitudes antiguas y contemporáneas hacia el amor, el deseo y la búsqueda del placer.

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En conclusión, los descubrimientos arqueológicos de Pompeya continúan cautivando y educando, revelando capas de la historia que enriquecen nuestra comprensión de la civilización humana. La exploración de sus burdeles y artefactos eróticos subraya la fascinación eterna por la interacción entre la intimidad, el arte y las normas sociales, una fascinación que trasciende siglos y culturas.